¿Quién Procuró Que 'El Chino' No Viviera Para Contarlo?

03-07-06


Editorial

¿Quién Procuró Que 'El Chino' No Viviera Para Contarlo?


Tras leer la información que hoy aporta Casimiro García-Abadillo, nuestros lectores no podrán por más que plantearse la misma pregunta que nos hacemos nosotros: ¿quién hizo todo lo posible para que El Chino no viviera para contarlo? El sumario que de manera tan deficiente ha instruido el juez Del Olmo demuestra que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil -cuyo jefe es el mismo coronel Hernando que ayudó a Vera a transportar dinero a Suiza- tenía al que, según la versión oficial de los hechos, fue uno de los principales autores materiales de la masacre controlado desde el 17 de marzo. Es decir, más de dos semanas antes de que El Chino y sus compinches murieran en extrañas circunstancias en un piso de Leganés.

Así lo demuestra la transcripción de una conversación telefónica de la tarde del 17 de marzo, que inexplicablemente no apareció hace dos años en el primer auto de Del Olmo. En ella Zouhier le proporciona a su controlador, el alférez Víctor, la dirección de El Chino: «Calle Villalobos, en Vallecas». Horas después, el marroquí le da otros datos del sospechoso, desde que se encontraba en ese momento en su casa hasta que tenía detonadores y Goma 2. La UCO pudo seguir a El Chino a la casa de Morata, en la que estuvo el día 19, y también al propio piso de Leganés, donde durmió esa noche.

Pero la unidad dirigida por Hernando no es la única que tenía datos clave que hubieran hecho muy fácil detener a quien teóricamente había participado en el 11-M. Para entonces, también estaban sobre la pista de El Chino los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía, que, siguiendo las pistas del móvil hallado en la mochila de Vallecas, se trasladaron a Avilés el mismo día 17 e interrogaron a Trashorras, quien, entre otras cosas, les contó que El Chino le había dicho que conocía a los etarras de Cuenca.

A pesar de todo esto, aunque los principales cuerpos policiales le tuvieran perfectamente localizado, El Chino pudo seguir haciendo una vida casi normal hasta su supuesto suicidio en Leganés el 3 de abril. De hecho, el único cuerpo policial en perturbar su tranquilidad fue la policía de Marruecos, que esos días registró la casa de sus padres.

Conjuntamente, estos datos suscitan una serie de interrogantes que merecerían una investigación sobre la investigación del 11-M: en primer lugar, cabe preguntarse por qué esa primera conversación en la que Zouhier proporciona a la UCO la dirección de El Chino no figura en el primer auto de Del Olmo. ¿Acaso los agentes ocultaron al juez esa valiosa información? Luego, y esto es clave, hay que aclarar por qué, disponiendo de información de sobra para hacerlo, los agentes de uno u otro cuerpo no detuvieron a El Chino y en cambio sí arrestaron a los dos confidentes que habían tratado con él, Zouhier y Trashorras. Da la sensación de que alguien no quiso que El Chino pudiera ser sometido a un interrogatorio policial o judicial. Es evidente que si El Chino hubiera sido detenido vivo hoy estaríamos en condiciones de despejar muchas de las principales incógnitas del 11-M. Su muerte se convierte así en otro de los agujeros negros que urge esclarecer.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que parezca un Suicidio......!

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