El PSOE dice que la «gran tarea pendiente» de la democracia es que el PP asuma su derrota
15-06-06
El PSOE dice que la «gran tarea pendiente» de la democracia es que el PP asuma su derrota
En el documento para su Conferencia Política indica: «La derecha, cuando no obtiene la victoria, cuestiona los resultados electorales y busca razones esotéricas o conspirativas», referido al 11-M
MANUEL SANCHEZ
MADRID.- Ochenta folios y 447 artículos, susceptibles de ser enmendados, constituyen el documento marco previo a la Conferencia Política del PSOE, que se celebrará los días 15, 16 y 17 de septiembre.
El contenido de este ingente trabajo es una reflexión política sobre todos los temas imaginables: desde buscar que la urbanización de las ciudades se haga atendiendo a criterios de género hasta la necesidad de hacer una apuesta decidida por convencer a la sociedad de que la inmigración «es una condición necesaria para que España mantenga y prolongue el ciclo de crecimiento y extensión del bienestar».
Es decir, en los 80 folios se habla de vivienda, jóvenes, discapacidad, urbanismo, religión, colectivos sociales, igualdad, economía, ayuda al desarrollo, educación, cohesión territorial, la España plural, el proceso de paz, ETA, la financiación de los partidos, el Estado, la Administración...
Según el PSOE, el propósito de la Conferencia Política «es que se fije un horizonte en el que, partiendo de la responsabilidad que existe en este momento en que se gobierna España, se prolongue en el medio plazo, al menos para una década, la reflexión sobre las cuestiones más relevantes y acuciantes de la sociedad».
Sin embargo, bajo el epígrafe de Nuevos Derechos -referido a la necesidad de profundizar en «una democracia cada vez de mayor calidad»-, es donde el PSOE vierte sus opiniones más políticas. Además de hacer una apuesta por la ciudadanía -«el socialismo es de los ciudadanos», se llega a afirmar-, se vierten las más duras críticas de todo el documento contra el PP.
Según el artículo 323, «la gran tarea pendiente de la democracia es la aceptación por parte de la derecha de que el poder no le pertenece naturalmente. De que son los ciudadanos quienes se lo otorgan, y que de la misma manera, se lo retiran al negarle su confianza». En el artículo siguiente desarrolla aún más esta idea: «Las experiencias sucesivas de 1989, y sobre todo, de 1993 y 2004, demuestran que, cuando no obtiene la victoria que deseaba, la derecha española cuestiona los resultados electorales».
Para el PSOE, el PP hace esto buscando «razones esotéricas o conspirativas para camuflarlos», en una clara referencia al 11-M, según confirmaron a EL MUNDO fuentes del partido. Añade: «[La derecha] niega y discute la legitimidad del Gobierno para serlo, trata de desestabilizarlo por los métodos más discutibles y acaba transformándolo de adversario en enemigo a batir y a destruir».
No obstante, el PSOE no se queda ahí y aumenta sus acusaciones a la oposición en su artículo 325. «Las reglas más elementales en democracia, respetar el resultado, reconocer al vencedor, prepararse como alternativa y no hacer política partidista en lo que debe ser política de Estado, fueron quebrantadas por la derecha española entre 1993 y 1996. De nuevo, lo están siendo ahora».
En este apartado se aboga por que «todos contribuyan» a que en España se viva en un clima político en el que no quepa la crispación. Se pide la colaboración «de los políticos, los ciudadanos, los grupos sociales y, por supuesto, los medios de comunicación».
Además de este apartado, el documento está lleno de propuestas progresistas o de izquierdas en temas anteriormente más solapados en documentos del PSOE. Hay varios artículos en los que se constata que la sociedad española avanza «en un proceso continuado de laicización positiva».
Según el texto, el laicismo está implantado en España de manera irreversible y, ante esta situación, plantea «un gran pacto de convivencia, en el que el Estado no intervenga en la actividad religiosa y que las distintas iglesias y organizaciones religiosas no interfieran en la esfera pública».
En cuanto al Estado, el PSOE vuelve a hacer una defensa de lo público, «como garante de la igualdad de oportunidades». Otro gran apartado del texto, pensando en las municipales, desarrolla ampliamente el proyecto de ciudad para el siglo XXI.
El PSOE dice que la «gran tarea pendiente» de la democracia es que el PP asuma su derrota
En el documento para su Conferencia Política indica: «La derecha, cuando no obtiene la victoria, cuestiona los resultados electorales y busca razones esotéricas o conspirativas», referido al 11-M
MANUEL SANCHEZ
MADRID.- Ochenta folios y 447 artículos, susceptibles de ser enmendados, constituyen el documento marco previo a la Conferencia Política del PSOE, que se celebrará los días 15, 16 y 17 de septiembre.
El contenido de este ingente trabajo es una reflexión política sobre todos los temas imaginables: desde buscar que la urbanización de las ciudades se haga atendiendo a criterios de género hasta la necesidad de hacer una apuesta decidida por convencer a la sociedad de que la inmigración «es una condición necesaria para que España mantenga y prolongue el ciclo de crecimiento y extensión del bienestar».
Es decir, en los 80 folios se habla de vivienda, jóvenes, discapacidad, urbanismo, religión, colectivos sociales, igualdad, economía, ayuda al desarrollo, educación, cohesión territorial, la España plural, el proceso de paz, ETA, la financiación de los partidos, el Estado, la Administración...
Según el PSOE, el propósito de la Conferencia Política «es que se fije un horizonte en el que, partiendo de la responsabilidad que existe en este momento en que se gobierna España, se prolongue en el medio plazo, al menos para una década, la reflexión sobre las cuestiones más relevantes y acuciantes de la sociedad».
Sin embargo, bajo el epígrafe de Nuevos Derechos -referido a la necesidad de profundizar en «una democracia cada vez de mayor calidad»-, es donde el PSOE vierte sus opiniones más políticas. Además de hacer una apuesta por la ciudadanía -«el socialismo es de los ciudadanos», se llega a afirmar-, se vierten las más duras críticas de todo el documento contra el PP.
Según el artículo 323, «la gran tarea pendiente de la democracia es la aceptación por parte de la derecha de que el poder no le pertenece naturalmente. De que son los ciudadanos quienes se lo otorgan, y que de la misma manera, se lo retiran al negarle su confianza». En el artículo siguiente desarrolla aún más esta idea: «Las experiencias sucesivas de 1989, y sobre todo, de 1993 y 2004, demuestran que, cuando no obtiene la victoria que deseaba, la derecha española cuestiona los resultados electorales».
Para el PSOE, el PP hace esto buscando «razones esotéricas o conspirativas para camuflarlos», en una clara referencia al 11-M, según confirmaron a EL MUNDO fuentes del partido. Añade: «[La derecha] niega y discute la legitimidad del Gobierno para serlo, trata de desestabilizarlo por los métodos más discutibles y acaba transformándolo de adversario en enemigo a batir y a destruir».
No obstante, el PSOE no se queda ahí y aumenta sus acusaciones a la oposición en su artículo 325. «Las reglas más elementales en democracia, respetar el resultado, reconocer al vencedor, prepararse como alternativa y no hacer política partidista en lo que debe ser política de Estado, fueron quebrantadas por la derecha española entre 1993 y 1996. De nuevo, lo están siendo ahora».
En este apartado se aboga por que «todos contribuyan» a que en España se viva en un clima político en el que no quepa la crispación. Se pide la colaboración «de los políticos, los ciudadanos, los grupos sociales y, por supuesto, los medios de comunicación».
Además de este apartado, el documento está lleno de propuestas progresistas o de izquierdas en temas anteriormente más solapados en documentos del PSOE. Hay varios artículos en los que se constata que la sociedad española avanza «en un proceso continuado de laicización positiva».
Según el texto, el laicismo está implantado en España de manera irreversible y, ante esta situación, plantea «un gran pacto de convivencia, en el que el Estado no intervenga en la actividad religiosa y que las distintas iglesias y organizaciones religiosas no interfieran en la esfera pública».
En cuanto al Estado, el PSOE vuelve a hacer una defensa de lo público, «como garante de la igualdad de oportunidades». Otro gran apartado del texto, pensando en las municipales, desarrolla ampliamente el proyecto de ciudad para el siglo XXI.
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