«¡Mariano, has escogido el color ganador!»

15-06-06



EL PODER DEL FUTBOL / La explosión de los sentimientos

«¡Mariano, has escogido el color ganador!»


La retransmisión de Cuatro del partido de la selección destila patriotismo de Leipzig a Madrid, donde la cadena de Prisa convocó a los aficionados para 'vender' España

FERRER MOLINA

MADRID.- Con la camiseta de España enfundada, Cuatro volcó ayer toda su pasión para vertebrar a un país que llegó al Mundial de Alemania con el sentimiento patriótico resquebrajado. El torneo balompédico ha coincidido en el tiempo con el ímpetu nacionalista que inspira el cambio del estatus político de algunas de sus autonomías y un proceso de paz que ha puesto en pie de guerra a media España.
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Con ese telón de fondo, la cadena de Prisa, el grupo más comprometido con el Estado plurinacional del presidente Zapatero, fue ayer el jugador número 12 de España. Pero de la España de toda la vida. Ya desde el inicio de la retransmisión, Carlos Martínez, el narrador, avisó de lo que esperaba a la audiencia: «¡Todos de pie, suena el himno nacional!».

Para fortuna del guión televisivo, los jugadores acompañaron sobre el césped de Leipzig. En el palco, los Príncipes Felipe y Letizia encarnaban la felicidad y la euforia de un triunfo histórico. Su imagen se alternaba una y otra vez en la pantalla con la de los aficionados de a pie. La calle se reconciliaba catódicamente con la Casa Real tras los últimos episodios de fervor republicano.

Mientras el comentarista confesaba sin rubor a los telespectadores sus sentimientos a flor de piel -«los pelos se ponen como escarpias», repetía- iban cayendo los goles: uno, dos, tres y cuatro. Justamente cuatro.

«¡Mariano, Mariano, has escogido el color ganador», tuteaba al hispanoargentino Pernía, nacionalizado in extremis para entrar en la convocatoria de Luis Aragonés. A Marcos Senna, brasileño de nacimiento, le animaba a devolver con juego la generosidad de su país de acogida: «Te ha adoptado España».

La cadena españoleaba en Leipzig, pero también en casa, con un espectacular montaje denominado La Zona Cuatro en la plaza de Colón de Madrid. Precisamente en ese mismo escenario, tres días antes, una concentración multitudinaria convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo exigía al Gobierno, también entre miles de enseñas nacionales, firmeza ante ETA y que se investigue más a fondo el 11-M. Sobre las cenizas humeantes de esa España pesimista con el devenir de los acontecimientos, florecía ayer al ritmo de Cuatro el entusiasmo rojigualdo. Las banderas constitucionales y los logos de la televisión se fundían como en un anuncio publicitario.

Llevado por la euforia de una jornada redonda, Carlos Martínez se felicitaba por cuanto el amor a los colores de España, que ha venido siendo «un sentimiento individual» recluido al ámbito privado, ha explotado por fin y «ahora se vive» de puertas afuera.

Con todo, el espectáculo de la plaza de Colón no fue del agrado de algunos. Que la política anda muy ligada al balón lo demuestra uno de los comentarios que los aficionados dejaron por la tarde en la página web de Cuatro. El internauta veía inoportuna la fiesta montada por esta televisión en la capital y lo justificaba acusando a «los madrileños» de ser reacios a las reformas estatutarias. Pero la pregunta es si la cadena se habría atrevido a llevar su carpa de apoyo a la selección a la barcelonesa plaza de Cataluña.

El arrebato españolista de Cuatro no ha sido improvisado. En la campaña que el canal viene realizando para promocionar las emisiones del grupo aparecen algunos de sus periodistas y presentadores con las caras pintadas con los colores de España. Es el caso de Angels Barceló, Paco González, Carles Francino o Ana García Siñeriz.

El cotejo entre la narración que del partido ofrecieron Cuatro y La Sexta aún dejaba asomar con mayor claridad el ánimo españolista de aquélla. Andrés Montes y Julio Salinas no se permitieron guiños a la reafirmación nacional, e incluso admitieron de inmediato la inexistencia del penalti que el árbitro señaló en una caída de Torres. En la cadena de Jesús Polanco tuvo que ser Maradona el que, a la cuarta repetición, denunciara el fallo del colegiado ante el silencio que sobre el particular reinaba en la cabina.

De regreso a la programación convencional, la figura de Boris Izaguirre en su magazine gritando «¡España! ¡España!» encima de la mesa del estudio, con camiseta roja y bufanda rojigualda, puso la guinda al día en que Prisa fue nacionalista. Española.

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