Zapatero esperará al 18-J para comunicar a Rajoy su comparecencia en el Congreso
12-06-06
ALTO EL FUEGO / La reacción del Ejecutivo
Zapatero esperará al 18-J para comunicar a Rajoy su comparecencia en el Congreso
El presidente intentará rebajar al máximo la reunión con Batasuna, pero no renuncia a ella - Sólo habrá un encuentro en La Moncloa con el Partido Popular si es para recomponer el consenso
FERNANDO GAREA
ALTO EL FUEGO / La reacción del Ejecutivo
Zapatero esperará al 18-J para comunicar a Rajoy su comparecencia en el Congreso
El presidente intentará rebajar al máximo la reunión con Batasuna, pero no renuncia a ella - Sólo habrá un encuentro en La Moncloa con el Partido Popular si es para recomponer el consenso
FERNANDO GAREA
MADRID.- José Luis Rodríguez Zapatero no tiene previsto hacer ningún movimiento sobre el proceso de paz esta semana para que se enfríe el clima de tensión, según fuentes del Gobierno, pero su calendario para el proceso de paz no se alterará con la manifestación del sábado.
Su previsión es esperar a los resultados del referéndum sobre el Estatuto de Cataluña que se celebrará el día 18 de junio y, a partir de ese momento, poner en marcha sus planes para abrir el diálogo con ETA.
La tesis del Gobierno es que se mantendrá en todo momento la mano tendida al PP, pero fuentes autorizadas son muy pesimistas sobre las posibilidades de incorporar al partido de Mariano Rajoy al proceso. Según el análisis del Gobierno, el presidente del PP no ha sido capaz de vencer las presiones externas y de una parte de su partido y se ha visto abocado a una radicalización de su posición, tal y como se comprobó en la manifestación del sábado.
(.../...)
Efecto político
El Ejecutivo admite la demostración de fuerza de la manifestación del sábado, pero entiende que no debe modificar sus planes, que hay mucha más ciudadanía que apoya su posición y que, en todo caso, al ser la cuarta convocatoria de este tipo en esta legislatura ha perdido ya efecto político contra el Gobierno.
Cronológicamente, el Gobierno explica que Zapatero da por hecho que el 18-J habrá un resultado positivo que revalidará su posición en la reforma de los estatutos y, por tanto, ese referéndum supondrá un revés para el PP en su posición radical de rechazo a todo.
Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación, expresó ayer en nombre de Zapatero su respeto a la manifestación, pero reclamó al PP apoyo al presidente del Gobierno para buscar la paz. Según dijo, en la manifestación sólo hubo insultos de una parte del PP al presidente del Gobierno.
Zapatero no oculta en privado su profundo malestar con el PP por la falta de cooperación y considera injusto que se haya manifestado cuatro veces contra este Gobierno por el terrorismo, justo cuando el terrorismo ha disminuido tanto que por primera vez en la Historia constitucional se han cumplido tres años sin atentados mortales y ETA ha mostrado su voluntad de abandonar las armas. Pese a todo, asegura que mantendrá siempre la puerta abierta al PP, entre otras cosas porque sostiene que el proceso no terminará en esta legislatura y es preciso el compromiso del otro partido que, teóricamente, tiene posibilidades de gobernar.
El presidente pretende que durante esta semana repose el ambiente y se enfríe el clima de tensión. Justo después, la semana del 19 de junio, el presidente del Gobierno contactará con Rajoy para comunicarle que en el mes de junio comparecerá en el Congreso para tener aval para dialogar con ETA. En principio, La Moncloa sólo contempla la posibilidad de reunión con foto entre Zapatero y Rajoy en La Moncloa si sirviera para recomponer el acuerdo. Lo que no desea Zapatero es una reunión para volver a exteriorizar la ruptura y el desacuerdo.
En todo caso, a partir de ese momento se pondría en marcha el procedimiento para comparecer en un Pleno del Congreso breve, con escaso debate y sin votación, según expresó el propio Rajoy a Zapatero en varias conversaciones antes de anunciar la supuesta ruptura de relaciones.
El presidente tendrá que decidir si en esos días se reúne el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con los grupos parlamentarios en la Comisión de Secretos Oficiales o si se obvia este trámite ante la profunda discrepancia del PP.
A finales de junio
Lo más probable es que la última semana de junio sea el citado Pleno para que en julio se celebre la reunión reservada entre quien designe Zapatero y ETA y la pública entre el PSE y la ilegalizada Batasuna.
El Gobierno no renuncia a este último encuentro por más que admita en privado y en público que fue un error la forma en que se anunció sin consultar al PP. La previsión es que esa reunión sea lo más reducida posible. Es decir, fuentes del Gobierno aseguran que en ningún caso será con la comisión negociadora que presentó Batasuna, sino con una delegación más reducida que no supere tres representantes por cada parte. A falta de la decisión final, tampoco parece probable que esté presente el secretario general del PSE, Patxi López.
Desde ese momento y en respuesta al gesto del Gobierno, formalizado a través del PSE, el Ejecutivo da por hecho que Batasuna anunciará su intención de incorporarse a la actividad política legal, lo que debe entenderse como su voluntad de cumplir los requisitos de la Ley de Partidos. El horizonte temporal de esa legalización será el de las elecciones municipales de 2007, tal y como reclama la izquierda abertzale.
Del resultado del referéndum catalán, el Gobierno da por hecho también un varapalo para ERC, al tiempo que lo será para el PP. Zapatero prevé que la próxima semana se despeje el calendario político con el anuncio de la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña, previsiblemnete para el 19 de noviembre. En esos comicios el candidato socialista será José Montilla, según la previsión de La Moncloa, y Zapatero deberá decidir si hace el segundo cambio en el Gobierno antes o después de verano.
Obviamente, Zapatero no contempla la posibilidad de elecciones anticipadas. Incluso, prevé que en otoño se visualice el mantenimiento de la estabilidad en los Presupuestos para 2007 y en el apoyo de CiU como socio preferente para la segunda parte de la legislatura.
Su previsión es esperar a los resultados del referéndum sobre el Estatuto de Cataluña que se celebrará el día 18 de junio y, a partir de ese momento, poner en marcha sus planes para abrir el diálogo con ETA.
La tesis del Gobierno es que se mantendrá en todo momento la mano tendida al PP, pero fuentes autorizadas son muy pesimistas sobre las posibilidades de incorporar al partido de Mariano Rajoy al proceso. Según el análisis del Gobierno, el presidente del PP no ha sido capaz de vencer las presiones externas y de una parte de su partido y se ha visto abocado a una radicalización de su posición, tal y como se comprobó en la manifestación del sábado.
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Efecto político
El Ejecutivo admite la demostración de fuerza de la manifestación del sábado, pero entiende que no debe modificar sus planes, que hay mucha más ciudadanía que apoya su posición y que, en todo caso, al ser la cuarta convocatoria de este tipo en esta legislatura ha perdido ya efecto político contra el Gobierno.
Cronológicamente, el Gobierno explica que Zapatero da por hecho que el 18-J habrá un resultado positivo que revalidará su posición en la reforma de los estatutos y, por tanto, ese referéndum supondrá un revés para el PP en su posición radical de rechazo a todo.
Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación, expresó ayer en nombre de Zapatero su respeto a la manifestación, pero reclamó al PP apoyo al presidente del Gobierno para buscar la paz. Según dijo, en la manifestación sólo hubo insultos de una parte del PP al presidente del Gobierno.
Zapatero no oculta en privado su profundo malestar con el PP por la falta de cooperación y considera injusto que se haya manifestado cuatro veces contra este Gobierno por el terrorismo, justo cuando el terrorismo ha disminuido tanto que por primera vez en la Historia constitucional se han cumplido tres años sin atentados mortales y ETA ha mostrado su voluntad de abandonar las armas. Pese a todo, asegura que mantendrá siempre la puerta abierta al PP, entre otras cosas porque sostiene que el proceso no terminará en esta legislatura y es preciso el compromiso del otro partido que, teóricamente, tiene posibilidades de gobernar.
El presidente pretende que durante esta semana repose el ambiente y se enfríe el clima de tensión. Justo después, la semana del 19 de junio, el presidente del Gobierno contactará con Rajoy para comunicarle que en el mes de junio comparecerá en el Congreso para tener aval para dialogar con ETA. En principio, La Moncloa sólo contempla la posibilidad de reunión con foto entre Zapatero y Rajoy en La Moncloa si sirviera para recomponer el acuerdo. Lo que no desea Zapatero es una reunión para volver a exteriorizar la ruptura y el desacuerdo.
En todo caso, a partir de ese momento se pondría en marcha el procedimiento para comparecer en un Pleno del Congreso breve, con escaso debate y sin votación, según expresó el propio Rajoy a Zapatero en varias conversaciones antes de anunciar la supuesta ruptura de relaciones.
El presidente tendrá que decidir si en esos días se reúne el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con los grupos parlamentarios en la Comisión de Secretos Oficiales o si se obvia este trámite ante la profunda discrepancia del PP.
A finales de junio
Lo más probable es que la última semana de junio sea el citado Pleno para que en julio se celebre la reunión reservada entre quien designe Zapatero y ETA y la pública entre el PSE y la ilegalizada Batasuna.
El Gobierno no renuncia a este último encuentro por más que admita en privado y en público que fue un error la forma en que se anunció sin consultar al PP. La previsión es que esa reunión sea lo más reducida posible. Es decir, fuentes del Gobierno aseguran que en ningún caso será con la comisión negociadora que presentó Batasuna, sino con una delegación más reducida que no supere tres representantes por cada parte. A falta de la decisión final, tampoco parece probable que esté presente el secretario general del PSE, Patxi López.
Desde ese momento y en respuesta al gesto del Gobierno, formalizado a través del PSE, el Ejecutivo da por hecho que Batasuna anunciará su intención de incorporarse a la actividad política legal, lo que debe entenderse como su voluntad de cumplir los requisitos de la Ley de Partidos. El horizonte temporal de esa legalización será el de las elecciones municipales de 2007, tal y como reclama la izquierda abertzale.
Del resultado del referéndum catalán, el Gobierno da por hecho también un varapalo para ERC, al tiempo que lo será para el PP. Zapatero prevé que la próxima semana se despeje el calendario político con el anuncio de la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña, previsiblemnete para el 19 de noviembre. En esos comicios el candidato socialista será José Montilla, según la previsión de La Moncloa, y Zapatero deberá decidir si hace el segundo cambio en el Gobierno antes o después de verano.
Obviamente, Zapatero no contempla la posibilidad de elecciones anticipadas. Incluso, prevé que en otoño se visualice el mantenimiento de la estabilidad en los Presupuestos para 2007 y en el apoyo de CiU como socio preferente para la segunda parte de la legislatura.
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