«Ni perdón para los terroristas ni olvido para las víctimas»

11-06-06



ALTO EL FUEGO / La memoria del dolor

«Ni perdón para los terroristas ni olvido para las víctimas»


Un minuto de silencio, una ofrenda floral y un discurso en los lugares de Madrid más marcados por el terror


FERNANDO LAZARO

MADRID.- «No está siendo un día fácil. Pero hay que estar aquí. Hay que recordar a los nuestros. Hay que dar testimonio para que no se olviden de las víctimas». Enterró a su hermano aquel fatídico 11-M. Gabriel era el mayor y apenas puede contener la emoción. Le ha tocado la primera estación de este duro viacrucis. Calle Téllez. 63 muertos. Y allí paró uno de los autobuses que durante la mañana de ayer, organizados por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, recorrieron los lugares más marcados por la tragedia terrorista de Madrid.

(.../...)

A las 9.00 horas la cita era en la estación de Atocha. El presidente de la AVT, Francisco Alcaraz, aseguró que con esta iniciativa se trataba de recordar a los madrileños que por muchas de las zonas que recorren diariamente «para ir a trabajar, para pasear con sus hijos...» se han producido atentados terroristas. En la entrada de la estación de Atocha se colocó la primera corona de flores: «Memoria, dignidad y Justicia»: ése era el lema de la banda que portaban los ramos de flores repartidos por las 21 estaciones, las 21 paradas de los autobuses de las víctimas.

«El terrorismo es un problema de todos. Hazte oír», la megafonía de los altavoces repite machaconamente el eslogan. La familia Gomis, que perdió a su hijo en el 11-M, se convierte en la primera protagonista de la larga jornada. Los casi medio centenar de víctimas que viajaban en cada uno de los autobuses, les acompañaban en la ofrenda floral. «El terrorismo requiere una respuesta democrática desde toda Europa», defiende Angeles Domínguez. Tras sus breves palabras, un minuto de silencio. Las víctimas apenas aguantan las lágrimas. Ni las oscuras gafas de sol logran ocultar los difíciles momentos de muchos de los que han perdido a sus seres queridos en los atentados del 11-M y ETA, y que reniegan de cualquier concesión a los terroristas.

Sus palabras fueron espontáneas y anónimas. No tenía guión, nada que leer, pero le salió de dentro: «Ni perdón para los terroristas ni olvido para las víctimas». Su rostro quería ser anónimo pero sus palabras rebotaron en las mentes de todos los asistentes, que asintieron con un leve movimiento de cabeza.

Vuelta al autobús. Segunda estación de esta dura ruta de la muerte: Puente de Vallecas (seis asesinados por ETA). «Vallecas por la paz», es el cartel de la estación ante el que los congregados se reúnen para realizar la segunda ofrenda floral. Isabel Benito, esposa de un herido en este atentado de la organización terrorista, en el que murieron seis trabajadores de la Armada: «Gracias a Dios estamos aquí y podemos contarlo, otros compañeros no tuvieron tanta suerte».

En este escenario se vivieron, de nuevo, gestos contenidos de emoción. La cercanía de ETA, tantos años ETA, reabrió viejas heridas nunca cicatrizadas del todo. Fue guardia civil. Estuvo destinado en puestos muy peligrosos. Sobrevivió a la muerte en tres ocasiones, en tres atentados. Grande como una montaña, ayer se le veía doblado, apoyado en la espalda de otra víctima, con los ojos apretados. No era su familia, no eran sus amigos, ni siquiera sus compañeros, «Pero es que todos los muertos del terrorismo son igual, todos», recordaba.

En El Pozo, fue una colombiana, Sandra Lezcano, herida en los atentados del 11-M, la que se encargó de la ofrenda floral. Ya con la compañía de varias decenas de personas que se acercaron para secundar a las víctimas, leyó un breve comunicado, arropada por su hija, y recordó que el tiempo pasa pero ella sigue recordando día tras día aquellos aciagos momentos. «Todo vuelve a retroceder siempre. Todo sigue pasando por la cabeza una y otra vez», indicó.

«Y encima aún no sabemos la verdad de lo que pasó. Aunque empezamos a tener una ligera idea. Pero reclamamos al Gobierno que investigue todo lo que pasó aquel día. Pero es que lo único que está haciendo es echar tierra encima para que no se sepa», se quejaba amargamente una de las víctimas de la masacre.

En Santa Eugenia, aquel 11-M, murieron 14 personas. Una figura sobresalía del resto. Llevaba la ofrenda floral y portaba una camiseta con el lema de la convocatoria de la AVT. Pero en la espalda tenía cortado un cuadrado de tela que deja ver varias cicatrices de dos disparos que recibió de ETA en 1976. Y coincidió. Mientras se guardaba un minuto de silencio llegó a la estación un tren similar al que hace casi 28 meses estalló. Espeso silencio.

Y después, la caravana llegó donde ETA asesinó a un subteniente médico. Y después, donde ETA asesinó a un magistrado del Supremo. Y después, donde colocó un coche bomba y asesinó a cinco personas. Y después... Hasta 21 estaciones.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Los agujeros negros del 11-M.- Links

Los agujeros negros del 11-M (I)

LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M (XXVIII).- Pruebas amañadas