Una enorme multitud exige firmeza ante ETA y que se investigue el 11-M
11-06-06
ALTO EL FUEGO / La Comunidad de Madrid habla de un millón de asistentes y la Delegación de Gobierno de 242.923 / La Asociación de Víctimas del Terrorismo acusa a Rodríguez Zapatero de «traicionar» a los españoles
Una enorme multitud exige firmeza ante ETA y que se investigue el 11-M
Cientos de miles de personas acudieron a la concentración de la AVT, incluida la plana mayor del PP y socialistas como Rosa Díez y Maite Pagaza - Ruiz-Gallardón fue abucheado a su llegada - El presidente del PNV insta a los jueces a no hacer el 'ridículo' actuando contra quienes se reúnan con Batasuna
FERNANDO LAZARO / OLGA R. SANMARTIN
ALTO EL FUEGO / La Comunidad de Madrid habla de un millón de asistentes y la Delegación de Gobierno de 242.923 / La Asociación de Víctimas del Terrorismo acusa a Rodríguez Zapatero de «traicionar» a los españoles
Una enorme multitud exige firmeza ante ETA y que se investigue el 11-M
Cientos de miles de personas acudieron a la concentración de la AVT, incluida la plana mayor del PP y socialistas como Rosa Díez y Maite Pagaza - Ruiz-Gallardón fue abucheado a su llegada - El presidente del PNV insta a los jueces a no hacer el 'ridículo' actuando contra quienes se reúnan con Batasuna
FERNANDO LAZARO / OLGA R. SANMARTIN
MADRID.- De nuevo, multitudinaria. La cuarta protesta convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo contra la negociación con ETA y para exigir saber toda la verdad del 11-M tuvo un respaldo contundente. Cientos de miles de españoles clamaron en Madrid contra la política antiterrorista de Zapatero.
Y de nuevo, disparidad de cifras. Desde la Comunidad de Madrid se habló de un millón de asistentes, desde la Delegación del Gobierno la cifra se rebajaba hasta los 242.923.
(.../...)
Desde todas las comunidades autónomas se desplazaron hasta la madrileña plaza de Colón. Junto a los representantes de los colectivos cívicos, toda la cúpula del Partido Popular, con su presidente, Mariano Rajoy, y su presidente fundador, Manuel Fraga, al frente.
La llegada de Alberto Ruiz-Gallardón, que fue arropado por un gran número de dirigentes populares para acceder a la zona de personalidades provocó división de opiniones entre los asistentes. Un numeroso grupo le recibió con silbidos y algún que otro reproche. Otro acudió en su ayuda con gritos de «alcalde, alcalde».
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que los congregados quieren «la derrota de ETA» y no un Gobierno «débil» que «claudique» ante la banda terrorista, con la que, dijo, «de ninguna manera se puede negociar». «De ninguna manera se puede negociar políticamente y pagar un precio a una organización terrorista», indicó Rajoy a los medios de comunicación. «Para eso estamos aquí. Eso es lo que vamos a defender y es lo que llevan defendiendo todos los gobiernos desde hace 30 años», subrayó.
El Gobierno expresó su respeto a las víctimas, aseguró que la mayoría de españoles quiere la paz y lamentó la «hipocresía» del PP por manifestarse ahora contra el diálogo con ETA y no lo hiciera cuando el Ejecutivo de José María Aznar dialogó con la banda.
Precisamente fue el nombre del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el más mentado durante la concentración. Y los cinco representantes de los colectivos de víctimas también se acordaron de citarle durante sus intervenciones.
El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, advirtió a los «señores del Gobierno» de que los hombres que consideran «interlocutores válidos» para la rendición de ETA son «los asesinos de casi mil personas» y les pidió que no cedan al «chantaje terrorista».
Alcaraz pidió a Zapatero, que «no claudique» ante ETA y que no conceda a la banda «lo que no ha conseguido durante 38 años de asesinatos, extorsiones y amenazas». Acusó al titular del Gobierno de «traicionar a los españoles» con un «juego muy sucio», al hacerse fotografiar firmando el pacto antiterrorista y negociar a la vez con ETA. «¿Por qué no se sienta a dialogar con nosotros? ¿Acaso somos españoles de segunda categoría o acaso tenemos que ponernos una capucha para que el Gobierno nos escuche?».
También se mostró contundente Marimar Blanco, la hermana de Miguel Angel Blanco, el concejal del PP en Ermua asesinado por ETA.
«Exigimos al Gobierno y a su presidente que desista de cualquier acercamiento a la banda, que active el Pacto por las Libertades, que inste a los poderes públicos a seguir actuando con firmeza y decisión hasta que el último etarra sea detenido y que trabaje por la derrota criminal y política de ETA».
Porque Marimar lo tiene muy claro: «Nuestro único fin, la derrota de ETA». «Nos sentimos preocupados y avergonzados de que un Gobierno de España pueda sentarse a negociar con los que nos han amargado la vida durante tantos años», asegura la hermana del edil asesinado. «ETA es un movimiento totalitario y que no puede haber ninguna contraprestación ni política ni penal con aquellos que llevan 40 años aprovechándose de la democracia e intentando acabar con ella». Y sobre Batasuna se despachó a gusto: «Es ETA. Es un partido mafioso, ilegal e inmoral y las víctimas estamos al lado de la ley, la democracia y la ética. Ellos son los asesinos y sus cómplices y nosotros, la parte inocente».
Tras tomar la palabra Teresa Jiménez-Becerril, hermana del concejal del PP y teniente alcalde de Sevilla Alberto Jiménez-Becerril, intervino, Gabriel Moris, quien perdió a su hijo Juan Pablo en los atentados del 11-M. Reclamó al Gobierno que esclarezca las matanzas. «Dada la situación de las distintas vías de investigación creo que lo más razonable sería comenzar desde cero en todos los campos. El refranero español dice que lo que mal empieza, mal acaba. Y todas las líneas de trabajo empezaron mal y así continúan».
«Una sociedad que se precie no puede pasar página a este horrendo crímen». «El 11-M alguien, aún no sabemos quién, segó 192 vidas y dejó 1.500 heridos censados, además un número indeterminado de heridos psicológicos. Además de ello, el pueblo español quedó traumatizado, algunos de por vida».
Javier Gismero, víctima del 11-M, denunció que el Gobierno «está tratando de echar tierra sobre el asunto». «A las víctimas se nos acusa de remover la basura, de no querer olvidar, de regodearnos de nuestro dolor. El problema es que saber la verdad jamás será regodearnos en nuestro dolor». «Las víctimas queremos cerrar el 11-M cuando toda la verdad se sepa», añadió.
La concentración, primera desde que la organización terrorista ETA decretara el alto el fuego permanente, se desarrolló sin incidentes.
Y de nuevo, disparidad de cifras. Desde la Comunidad de Madrid se habló de un millón de asistentes, desde la Delegación del Gobierno la cifra se rebajaba hasta los 242.923.
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Desde todas las comunidades autónomas se desplazaron hasta la madrileña plaza de Colón. Junto a los representantes de los colectivos cívicos, toda la cúpula del Partido Popular, con su presidente, Mariano Rajoy, y su presidente fundador, Manuel Fraga, al frente.
La llegada de Alberto Ruiz-Gallardón, que fue arropado por un gran número de dirigentes populares para acceder a la zona de personalidades provocó división de opiniones entre los asistentes. Un numeroso grupo le recibió con silbidos y algún que otro reproche. Otro acudió en su ayuda con gritos de «alcalde, alcalde».
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que los congregados quieren «la derrota de ETA» y no un Gobierno «débil» que «claudique» ante la banda terrorista, con la que, dijo, «de ninguna manera se puede negociar». «De ninguna manera se puede negociar políticamente y pagar un precio a una organización terrorista», indicó Rajoy a los medios de comunicación. «Para eso estamos aquí. Eso es lo que vamos a defender y es lo que llevan defendiendo todos los gobiernos desde hace 30 años», subrayó.
El Gobierno expresó su respeto a las víctimas, aseguró que la mayoría de españoles quiere la paz y lamentó la «hipocresía» del PP por manifestarse ahora contra el diálogo con ETA y no lo hiciera cuando el Ejecutivo de José María Aznar dialogó con la banda.
Precisamente fue el nombre del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el más mentado durante la concentración. Y los cinco representantes de los colectivos de víctimas también se acordaron de citarle durante sus intervenciones.
El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, advirtió a los «señores del Gobierno» de que los hombres que consideran «interlocutores válidos» para la rendición de ETA son «los asesinos de casi mil personas» y les pidió que no cedan al «chantaje terrorista».
Alcaraz pidió a Zapatero, que «no claudique» ante ETA y que no conceda a la banda «lo que no ha conseguido durante 38 años de asesinatos, extorsiones y amenazas». Acusó al titular del Gobierno de «traicionar a los españoles» con un «juego muy sucio», al hacerse fotografiar firmando el pacto antiterrorista y negociar a la vez con ETA. «¿Por qué no se sienta a dialogar con nosotros? ¿Acaso somos españoles de segunda categoría o acaso tenemos que ponernos una capucha para que el Gobierno nos escuche?».
También se mostró contundente Marimar Blanco, la hermana de Miguel Angel Blanco, el concejal del PP en Ermua asesinado por ETA.
«Exigimos al Gobierno y a su presidente que desista de cualquier acercamiento a la banda, que active el Pacto por las Libertades, que inste a los poderes públicos a seguir actuando con firmeza y decisión hasta que el último etarra sea detenido y que trabaje por la derrota criminal y política de ETA».
Porque Marimar lo tiene muy claro: «Nuestro único fin, la derrota de ETA». «Nos sentimos preocupados y avergonzados de que un Gobierno de España pueda sentarse a negociar con los que nos han amargado la vida durante tantos años», asegura la hermana del edil asesinado. «ETA es un movimiento totalitario y que no puede haber ninguna contraprestación ni política ni penal con aquellos que llevan 40 años aprovechándose de la democracia e intentando acabar con ella». Y sobre Batasuna se despachó a gusto: «Es ETA. Es un partido mafioso, ilegal e inmoral y las víctimas estamos al lado de la ley, la democracia y la ética. Ellos son los asesinos y sus cómplices y nosotros, la parte inocente».
Tras tomar la palabra Teresa Jiménez-Becerril, hermana del concejal del PP y teniente alcalde de Sevilla Alberto Jiménez-Becerril, intervino, Gabriel Moris, quien perdió a su hijo Juan Pablo en los atentados del 11-M. Reclamó al Gobierno que esclarezca las matanzas. «Dada la situación de las distintas vías de investigación creo que lo más razonable sería comenzar desde cero en todos los campos. El refranero español dice que lo que mal empieza, mal acaba. Y todas las líneas de trabajo empezaron mal y así continúan».
«Una sociedad que se precie no puede pasar página a este horrendo crímen». «El 11-M alguien, aún no sabemos quién, segó 192 vidas y dejó 1.500 heridos censados, además un número indeterminado de heridos psicológicos. Además de ello, el pueblo español quedó traumatizado, algunos de por vida».
Javier Gismero, víctima del 11-M, denunció que el Gobierno «está tratando de echar tierra sobre el asunto». «A las víctimas se nos acusa de remover la basura, de no querer olvidar, de regodearnos de nuestro dolor. El problema es que saber la verdad jamás será regodearnos en nuestro dolor». «Las víctimas queremos cerrar el 11-M cuando toda la verdad se sepa», añadió.
La concentración, primera desde que la organización terrorista ETA decretara el alto el fuego permanente, se desarrolló sin incidentes.
Comentarios
Y si se analiza con cuidado el informe de prensa, se averiguaran cositas interesantes
Estás omnipresente en todos los sitios, ¿sabías?
Eres como Polanco