Independentistas catalanes gritan «fascista» a Rajoy y le lanzan huevos en Granollers
13-06-06
REFERÉNDUM EN CATALUÑA / El acoso a los 'populares'
Independentistas catalanes gritan «fascista» a Rajoy y le lanzan huevos en Granollers
El PSC lamenta tras la agresión que los radicales 'se dediquen a imitar a diputados del PP, como Pujalte'
DANI CORDERO
REFERÉNDUM EN CATALUÑA / El acoso a los 'populares'
Independentistas catalanes gritan «fascista» a Rajoy y le lanzan huevos en Granollers
El PSC lamenta tras la agresión que los radicales 'se dediquen a imitar a diputados del PP, como Pujalte'
DANI CORDERO
GRANOLLERS.- Un huevo rozó ayer la cabeza de Mariano Rajoy cuando subía a la furgoneta de campaña del partido. El guardaespaldas cerró la puerta, subió al coche de escolta y arrancó haciendo chirriar las ruedas. Ambos salieron a toda prisa por la estrecha calle que da a la puerta trasera del Teatro de Granollers (Barcelona).
Una bandera estelada voló hacia el vehículo y acabó en el suelo, aplastada por las ruedas de la furgoneta. Rajoy acababa de cerrar otro acto junto a Josep Piqué.
Pero fuera le esperaban 150 independentistas que no cesaron de insultarle desde el mismo momento en que le vieron salir.
(.../...)
Eran los mismos radicales -la mayoría no tenía más de 30 años- que le habían esperado durante más de una hora apostados en la entrada del recinto con las mismas intenciones. Rajoy se libró entonces de los abucheos porque entró por una puerta trasera. No corrió la misma suerte el responsable de Exteriores del PP en el Congreso, Jordi Moragas, a quien increparon y escupieron al llegar al teatro.
Una vez concluido el acto, ya a la salida, los radicales le esperaban tras un cordón formado por Mossos d'Esquadra. Los insultos de «hijos de puta», los gritos de «fuera fascistas de Granollers» y los cortes de manga fueron comunes tanto a la entrada como a la salida. Incluso hubo un intento de corear el Visca, visca, visca; visca Terra Lliure de la organización terrorista catalana disuelta a principios de los 90.
También hubo enfrentamientos verbales entre independentistas y simpatizantes del PP. La decena de efectivos de la policía autonómica, con atuendo antidisturbios, pudo evitar los rifirrafes, pero, cuando la mayoría de gente ya había abandonado la zona, los cuerpos de seguridad se enfrentaron con algunos manifestantes radicales en una actuación que se saldó con golpes de porra y carreras de los independentistas. Antes habían intentado quemar simbólicamente una bandera del PP. Pero era de plástico.
Segundo boicot en dos días
Sólo dos días después de que abuchearan e insultaran a Rajoy en el mercado de Collblanc de Hospitalet, los altercados se repitieron en un acto del PP participado por su presidente. Ya en el auditorio del teatro, el líder popular pidió a los 400 militantes que acudieron al mitin que defiendan sus ideas y la democracia, que definió como un conjunto de «derechos, personas y libertad».
Del mismo modo, Josep Piqué había agradecido minutos antes «el coraje y la valentía» demostrados por los simpatizantes de la formación popular, a la que no le fue «fácil entrar y llenar el auditorio». «No es fácil hoy en día ser militante del PP», añadió, para concluir: «No nos vamos a achantar ni a acobardar, sino que nos va a animar a seguir defendiendo nuestras ideas».
En este caso, Piqué evitó utilizar el «hijos de puta» que lanzó a unos manifestantes que le tildaron de «fascista cabrón» en el acto que marcaba el pistoletazo de salida de campaña. Ayer se limitó a referirse a los «intolerantes antidemocráticos», pero dejó el insulto en el aire a modo de insinuación cuando indicó que «se corresponde a lo que son».
Anoche, el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, lamentó que algunos ciudadanos «se dediquen a imitar a los diputados del PP, como Martínez Pujalte».
«Nos extraña que el PP intente convertir un incidente producto, ciertamente, de las tensiones que provocan determinadas declaraciones en algo más», afirmó Zaragoza en un mitin del PSC en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), antes de asegurar que los populares «han perdido el sentido de las cosas» al «convertir la batalla política en la descalificación del adversario, cuando se dedican a decir que detrás del Estatuto está ETA».
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también ha cargado contra el PP, al que ha acusado de «crear muchas heridas» durante el proceso de negociación del Estatuto y de «poner todas las chinas» en el camino de reforma del texto.
Una bandera estelada voló hacia el vehículo y acabó en el suelo, aplastada por las ruedas de la furgoneta. Rajoy acababa de cerrar otro acto junto a Josep Piqué.
Pero fuera le esperaban 150 independentistas que no cesaron de insultarle desde el mismo momento en que le vieron salir.
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Eran los mismos radicales -la mayoría no tenía más de 30 años- que le habían esperado durante más de una hora apostados en la entrada del recinto con las mismas intenciones. Rajoy se libró entonces de los abucheos porque entró por una puerta trasera. No corrió la misma suerte el responsable de Exteriores del PP en el Congreso, Jordi Moragas, a quien increparon y escupieron al llegar al teatro.
Una vez concluido el acto, ya a la salida, los radicales le esperaban tras un cordón formado por Mossos d'Esquadra. Los insultos de «hijos de puta», los gritos de «fuera fascistas de Granollers» y los cortes de manga fueron comunes tanto a la entrada como a la salida. Incluso hubo un intento de corear el Visca, visca, visca; visca Terra Lliure de la organización terrorista catalana disuelta a principios de los 90.
También hubo enfrentamientos verbales entre independentistas y simpatizantes del PP. La decena de efectivos de la policía autonómica, con atuendo antidisturbios, pudo evitar los rifirrafes, pero, cuando la mayoría de gente ya había abandonado la zona, los cuerpos de seguridad se enfrentaron con algunos manifestantes radicales en una actuación que se saldó con golpes de porra y carreras de los independentistas. Antes habían intentado quemar simbólicamente una bandera del PP. Pero era de plástico.
Segundo boicot en dos días
Sólo dos días después de que abuchearan e insultaran a Rajoy en el mercado de Collblanc de Hospitalet, los altercados se repitieron en un acto del PP participado por su presidente. Ya en el auditorio del teatro, el líder popular pidió a los 400 militantes que acudieron al mitin que defiendan sus ideas y la democracia, que definió como un conjunto de «derechos, personas y libertad».
Del mismo modo, Josep Piqué había agradecido minutos antes «el coraje y la valentía» demostrados por los simpatizantes de la formación popular, a la que no le fue «fácil entrar y llenar el auditorio». «No es fácil hoy en día ser militante del PP», añadió, para concluir: «No nos vamos a achantar ni a acobardar, sino que nos va a animar a seguir defendiendo nuestras ideas».
En este caso, Piqué evitó utilizar el «hijos de puta» que lanzó a unos manifestantes que le tildaron de «fascista cabrón» en el acto que marcaba el pistoletazo de salida de campaña. Ayer se limitó a referirse a los «intolerantes antidemocráticos», pero dejó el insulto en el aire a modo de insinuación cuando indicó que «se corresponde a lo que son».
Anoche, el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, lamentó que algunos ciudadanos «se dediquen a imitar a los diputados del PP, como Martínez Pujalte».
«Nos extraña que el PP intente convertir un incidente producto, ciertamente, de las tensiones que provocan determinadas declaraciones en algo más», afirmó Zaragoza en un mitin del PSC en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), antes de asegurar que los populares «han perdido el sentido de las cosas» al «convertir la batalla política en la descalificación del adversario, cuando se dedican a decir que detrás del Estatuto está ETA».
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también ha cargado contra el PP, al que ha acusado de «crear muchas heridas» durante el proceso de negociación del Estatuto y de «poner todas las chinas» en el camino de reforma del texto.
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