Un sector de las FFSS sostiene que 'Ternera' ha perdido autoridad en la dirección de ETA

01-10-06



ALTO EL FUEGO / La estrategia de la banda

Un sector de las FFSS sostiene que 'Ternera' ha perdido autoridad en la dirección de ETA


Consideran, no obstante, que el giro de mayor dureza de las últimas semanas con el fin de presionar al Gobierno ha sido asumido por todos

ANGELES ESCRIVA

BILBAO.- Un sector de las Fuerzas de Seguridad sostiene que en la cúpula de ETA se ha producido un reequilibrio de poderes y que Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, ha perdido autoridad frente a quienes consideran que la estrategia de negociación de la banda ha de ser más contundente contra el Estado.

Esta tesis es significativamente matizada por los responsables del Ministerio del Interior, que sostienen que Ternera mantiene su autoridad y su capacidad de decisión. «La sensación del control del poder puede ser objetiva o subjetiva. El hecho es que, por las informaciones de las que disponemos, Josu Ternera, es quien, objetivamente, ejerce el mando en la dirección de la banda. Otra cosa es que haya un sector en la cúpula que pueda haber marcado cierta distancia con la estrategia diseñada originalmente pero no por eso cuestiona el poder del número uno».
(.../...)

El hecho de que este etarra, ex parlamentario de Batasuna, rija o no los designios de la banda es del mayor interés, dado que es el personaje de referencia para el Gobierno, que le atribuye una actitud posibilista de la que carecen otros dirigentes y, por lo tanto, la capacidad de llegar a acuerdos que previamente ha esbozado con el enviado del Ejecutivo en conversaciones extraoficiales.

Desplazado

Quienes sostienen de manera inapelable que Urrutikoetxea se ha visto desplazado por otro sector de la banda, barajan la posibilidad de que este hecho haya determinado el endurecimiento de las posturas de ETA desde principios de agosto. Fue entonces cuando la dirección de Batasuna mantuvo un encuetro con los dirigentes de la banda para pedirles que no se reunieran con el Gobierno hasta no recibir garantías de que iban a ser legalizados. Fue desde ese momento cuando se recrudeció el terrorismo callejero y cuando la banda terrorista ha redactado sus comunicados más duros y realizado las escenificaciones más estridentes.

Otras fuentes conocedoras durante décadas del funcionamiento de ETA continúan valorando el peso específico de un terrorista con su historial, aunque admitan que, en ocasiones, como en la tregua del 98, los que habían sido partidarios de no declararla pero perdieron la votación en el seno del Comité Ejecutivo, lograron que finalmente, con los meses, la posición de la banda basculase, hacia donde estaban sus posiciones.

Pero, en cualquier caso, unos y otros sostienen que, aunque pueda haber discrepancias monumentales, difícilmente se pueden producir divisiones, y que si ETA mantiene en estos momentos una postura de mayor dureza es porque así ha sido asumido por todos, incluido Ternera.

El hecho es que, aunque el Gobierno asegura que la situación es sustancialmente la misma que en el momento en el que fue anunciado el alto el fuego, la posición de la banda terrorista se ha vuelto más radical y sigue vulnerando los mínimos que fueron establecidos en la época de la verificación.

ETA ha venido dejando claro en sus comunicados que el Gobierno estaba incurriendo en incumplimientos y ha atribuido a esa causa la evolución que ha venido experimentando. La banda terrorista y la propia Batasuna consideran que se ha vaciado de contenido político el proceso y se han dado prisa en presionar al Ejecutivo para que éste no siga ganando tiempo. Cada mes que pasa sin atentados es un mes en el que, supuestamente, se le pone más cuesta arriba a ETA volver a atentar y en el que el elemento de chantaje que constituye la posibilidad de cometer asesinatos va perdiendo efectividad.

El Ejecutivo sabe además que hay una parte de las bases de Batasuna especialmente soliviantadas por el cariz que está tomando la negociación, pero posee informes que sostienen que ni siquiera éstas están preparadas para un asesinato.

El problema es que han puesto encima de la mesa un ultimátum de difícil cumplimiento, como es la legalización de Batasuna. Si esta condición no se cumple, la mesa de partidos políticos no se puede reunir y aumentan las dificultades para que el Gobierno establezca un primer contacto oficial con ETA.

El Ejecutivo y el PSOE están convencidos de que la situación se puede desbloquear si se produce una reunión con ETA. En ella cabría reconocer ante la dirección de la banda que hay preacuerdos que no han sido totalmente satisfechos, aunque otros sí se hayan cumplido: el número de detenciones ha descendido, no hay arrestos por la kale borroka, el presidente realizó su anuncio sobre el reconocimiento del derecho a decidir de los vascos desde el Congreso y el PSE y Batasuna tuvieron una reunión pública, entre otras cosas.

Y además, en ese primer encuentro, también se podría reprochar a los terroristas que ellos, excepto por la ausencia de asesinatos, han vulnerado todas las premisas a las que se comprometieron. Es el caso del cobro de la extorsión, el entrenamiento de etarras o del empleo de la violencia callejera.

Pero, por el momento, la vía de desbloqueo son las reuniones que están manteniendo en secreto PNV, PSE y Batasuna para llegar a un preacuerdo sobre la futura mesa de partidos en la que se establezca la relación de Euskadi con el Estado. Tras el comunicado de la banda, Otegi solicitó ese preacuerdo, que ya se estaba gestando de manera bilateral, y los tres partidos protagonistas de la cuestión se pusieron en marcha: lo que hasta el momento habían sido reuniones bilaterales se convirtieron en encuentros a tres bandas en los que participa también el PNV.

Los socialistas, de este modo, demuestran a Batasuna que, mientras se legaliza o no, están dispuestos a dar un paso más en la formación de la mesa de partidos. E introducen un elemento -el PNV-, que, si bien en un principio no era bien visto por los radicales, ahora les sirve para demostrar que su iniciativa va prosperando. Los socialistas en estos momentos ven en el partido de Imaz un aliado para encauzar a Batasuna y también porque determinadas propuestas asumibles planteadas por él son más fáciles de abordar que si las exigen los radicales.

Es todo un juego de equilibrios que los socialistas confían en poder manejar convenientemente. Siempre que Joseba Egibar no desplace mientras tanto a Imaz en la Presidencia de la formación jetzale y tumbe las previsiones. Pero, «eso no va a pasar», aseguran.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los agujeros negros del 11-M.- Links

LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M (XXVIII).- Pruebas amañadas

Los agujeros negros del 11-M (I)