Acebes: «No es un proceso de paz, sino de chantaje»
19-08-06
ALTO EL FUEGO / Reacciones al comunicado
Acebes: «No es un proceso de paz, sino de chantaje»
El PP pide al Gobierno que «rompa» con el diálogo y explique sus compromisos secretos con la banda
OLGA R. SANMARTIN / ANGELES ESCRIVA
ALTO EL FUEGO / Reacciones al comunicado
Acebes: «No es un proceso de paz, sino de chantaje»
El PP pide al Gobierno que «rompa» con el diálogo y explique sus compromisos secretos con la banda
OLGA R. SANMARTIN / ANGELES ESCRIVA
MADRID.- El Partido Popular le pidió ayer tres cosas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero: que explique en el Congreso de los Diputados qué compromisos y acuerdos secretos tiene exactamente con ETA, que «rompa» el proceso de paz -desde ahora renombrado como «proceso de chantaje»- y que regrese a la senda de la «unidad democrática», el único camino posible, en su opinión, para acabar con la organización terrorista.
Los dirigentes populares respondieron ayer al último comunicado de la banda con un solemne ya os lo advertimos. «Es la confirmación de lo que veníamos diciendo. ETA nunca ha tenido la intención de entregar las armas», manifestaba a este periódico el secretario general, Angel Acebes.
(.../...)
«Al PSOE le debía haber quedado claro hace mucho tiempo», le secundaba el secretario de Comunicación, Gabriel Elorriaga, desde la sede madrileña de Génova.
La conclusión de Acebes es que, al final, se ha visto que esto «no era un proceso de paz, sino de chantaje», porque ETA ni ha tenido ni tiene la intención de desaparecer, «sino de imponer sus condiciones y objetivos». Desde su punto de vista, la banda está presionando al Gobierno por dos vías: con la amenaza realizada por Arnaldo Otegi advirtiendo de que puede hacer públicos los acuerdos establecidos con los socialistas vascos, y con la advertencia explícita en el comunicado de que «ETA responderá» si se la acosa.
Se da el añadido, consideró el dirigente popular, de que este «proceso de chantaje» se ha basado, además, en el «engaño». Y «lo grave es que Zapatero ha entrado en ese proceso».
«El presidente del Gobierno dijo el 28 de marzo al presidente del PP que no tenía ningún compromiso con ETA. Y ahora parece que no sólo tiene acuerdos secretos, sino conversaciones desde hace cuatro años, cuando el PSOE estaba en la oposición. Tiene que aclarar cuáles son esos compromisos y esos acuerdos secretos con la banda», manifestó. «Y, sobre todo, hay que poner fin al chantaje, hay que volver al gran acuerdo entre partidos para acabar con esos terroristas y sus amenazas, para derrotarles desde la ley y desde el Estado de Derecho», añadió.
Porque, para los populares, hay dos maneras de hacer la lucha antiterrorista, una mala y una buena. La buena es la que ofrecen ellos: la estrategia de la «disuasión», del «combate firme», de «darle a ETA el mensaje de que sobre ella va a caer todo el peso del Estado de Derecho», explicaba Elorriaga.
La mala es la que ha seguido el Gobierno: «La estrategia del diálogo». Pero es, según el principal partido de la oposición, «un inmenso error».
«Lo que sabemos por experiencia», reconocía el secretario de Comunicación del PP, «es que estas estrategias siempre han fracasado y siempre han terminado en un fortalecimiento de la banda».
De hecho, en el PP piensan que todo el proceso de paz les ha servido a los miembros de la organización terrorista para «colocarse en una situación de superioridad». Así los describe el ex ministro del Interior: «Cada vez están más crecidos, más desafiantes y cada vez amenazando de manera más prepotente. ETA se ha situado en una posición de fuerza».
Y puso ejemplos: «Desde el principio del proceso la banda ha obligado al Gobierno a ir moviéndose según las cuestiones que creyera convenientes; decía que la Fiscalía tenía que moverse y ésta se movía; decía que el presidente del Gobierno tenía que salir en determinados momentos y éste salía; tenían que reunirse el PSE y Batasuna y se reunían».
Desde el 22 de marzo, según los populares, ETA prácticamente ha marcado la agenda política del Ejecutivo. ETA o Batasuna, porque, como decía Elorriaga ayer, los últimos acontecimientos constatan que «están perfectamente unidos».
Sobre todo después del comunicado que la banda hizo público la noche del pasado jueves, que coincidía con el malestar expresado ese mismo día por el dirigente de la formación ilegalizada Arnaldo Otegi.
Acebes recordó que fue el PSOE quien nombró a Otegi como interlocutor válido y que ahora no puede desautorizarle como tal o intentar quitarle credibilidad cuando cuenta cosas sobre el proceso que no convienen al Ejecutivo.
Por eso, al PSOE y al Gobierno sólo les queda una salida posible: desvelar el contenido de los acuerdos y retomar el Pacto Antiterrorista.
La presidenta del PP vasco, María San Gil, pidió al Gobierno que «rompa definitivamente todo tipo de contacto, de negociación y de diálogo» con la banda y una cosa más: que José Luis Rodríguez Zapatero admita que «se ha equivocado».
«Es un enorme error democrático dar esperanzas a los terroristas y negociar con ellos», aseguró, según informa Europa Press. Asimismo, interpretó el comunicado como una forma de imponer el «nudo gordiano» de sus exigencias, que es el «inasumible» derecho de autodeterminación de los vascos.
Los dirigentes populares respondieron ayer al último comunicado de la banda con un solemne ya os lo advertimos. «Es la confirmación de lo que veníamos diciendo. ETA nunca ha tenido la intención de entregar las armas», manifestaba a este periódico el secretario general, Angel Acebes.
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«Al PSOE le debía haber quedado claro hace mucho tiempo», le secundaba el secretario de Comunicación, Gabriel Elorriaga, desde la sede madrileña de Génova.
La conclusión de Acebes es que, al final, se ha visto que esto «no era un proceso de paz, sino de chantaje», porque ETA ni ha tenido ni tiene la intención de desaparecer, «sino de imponer sus condiciones y objetivos». Desde su punto de vista, la banda está presionando al Gobierno por dos vías: con la amenaza realizada por Arnaldo Otegi advirtiendo de que puede hacer públicos los acuerdos establecidos con los socialistas vascos, y con la advertencia explícita en el comunicado de que «ETA responderá» si se la acosa.
Se da el añadido, consideró el dirigente popular, de que este «proceso de chantaje» se ha basado, además, en el «engaño». Y «lo grave es que Zapatero ha entrado en ese proceso».
«El presidente del Gobierno dijo el 28 de marzo al presidente del PP que no tenía ningún compromiso con ETA. Y ahora parece que no sólo tiene acuerdos secretos, sino conversaciones desde hace cuatro años, cuando el PSOE estaba en la oposición. Tiene que aclarar cuáles son esos compromisos y esos acuerdos secretos con la banda», manifestó. «Y, sobre todo, hay que poner fin al chantaje, hay que volver al gran acuerdo entre partidos para acabar con esos terroristas y sus amenazas, para derrotarles desde la ley y desde el Estado de Derecho», añadió.
Porque, para los populares, hay dos maneras de hacer la lucha antiterrorista, una mala y una buena. La buena es la que ofrecen ellos: la estrategia de la «disuasión», del «combate firme», de «darle a ETA el mensaje de que sobre ella va a caer todo el peso del Estado de Derecho», explicaba Elorriaga.
La mala es la que ha seguido el Gobierno: «La estrategia del diálogo». Pero es, según el principal partido de la oposición, «un inmenso error».
«Lo que sabemos por experiencia», reconocía el secretario de Comunicación del PP, «es que estas estrategias siempre han fracasado y siempre han terminado en un fortalecimiento de la banda».
De hecho, en el PP piensan que todo el proceso de paz les ha servido a los miembros de la organización terrorista para «colocarse en una situación de superioridad». Así los describe el ex ministro del Interior: «Cada vez están más crecidos, más desafiantes y cada vez amenazando de manera más prepotente. ETA se ha situado en una posición de fuerza».
Y puso ejemplos: «Desde el principio del proceso la banda ha obligado al Gobierno a ir moviéndose según las cuestiones que creyera convenientes; decía que la Fiscalía tenía que moverse y ésta se movía; decía que el presidente del Gobierno tenía que salir en determinados momentos y éste salía; tenían que reunirse el PSE y Batasuna y se reunían».
Desde el 22 de marzo, según los populares, ETA prácticamente ha marcado la agenda política del Ejecutivo. ETA o Batasuna, porque, como decía Elorriaga ayer, los últimos acontecimientos constatan que «están perfectamente unidos».
Sobre todo después del comunicado que la banda hizo público la noche del pasado jueves, que coincidía con el malestar expresado ese mismo día por el dirigente de la formación ilegalizada Arnaldo Otegi.
Acebes recordó que fue el PSOE quien nombró a Otegi como interlocutor válido y que ahora no puede desautorizarle como tal o intentar quitarle credibilidad cuando cuenta cosas sobre el proceso que no convienen al Ejecutivo.
Por eso, al PSOE y al Gobierno sólo les queda una salida posible: desvelar el contenido de los acuerdos y retomar el Pacto Antiterrorista.
La presidenta del PP vasco, María San Gil, pidió al Gobierno que «rompa definitivamente todo tipo de contacto, de negociación y de diálogo» con la banda y una cosa más: que José Luis Rodríguez Zapatero admita que «se ha equivocado».
«Es un enorme error democrático dar esperanzas a los terroristas y negociar con ellos», aseguró, según informa Europa Press. Asimismo, interpretó el comunicado como una forma de imponer el «nudo gordiano» de sus exigencias, que es el «inasumible» derecho de autodeterminación de los vascos.
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