UN AÑO DESPUÉS, EL SINIESTRO DEL COUGAR SIGUE SIN ESCLARECERSE

16-08-06


Editorial

UN AÑO DESPUÉS, EL SINIESTRO DEL COUGAR SIGUE SIN ESCLARECERSE



El ministro de Defensa encabezará hoy los actos de homenaje del Ejército a las víctimas del Cougar, cuando se cumple el primer aniversario del siniestro que costó la vida a 17 militares del contingente desplegado en Afganistán, al estrellarse en las montañas de Herat el helicóptero en el que realizaban su misión. Al cabo de un año, las causas por las que el Cougar se estrelló siguen siendo una incógnita, a pesar de que el Gobierno dio el caso por cerrado con la comparecencia en el Congreso, seis meses después de la tragedia, del anterior ministro de Defensa, José Bono.
Tras unos primeros momentos en los que el Gobierno no descartó la hipótesis de que el Cougar hubiera podido ser derribado por un ataque terrorista, finalmente el informe final expuesto por Bono se inclinaba por un accidente. Sin embargo, el entonces ministro no ofreció una versión clara y concreta sobre las causas del accidente, limitándose a mencionar un abanico de factores y circunstancias que pudieron provocar el siniestro. Desde «el perfil de vuelo de riesgo» de la misión y «la maniobra agresiva del piloto a muy poca altura del suelo», a la velocidad de la aeronave y los vientos fuertes y racheados.

Sin embargo, en el aire quedaron numerosos interrogantes que un año después siguen planeando sobre el accidente y son muchos los familiares de las víctimas y los militares que mantienen dudas sobre las circunstancias de la catástrofe. ¿Por qué volaba tan bajo el helicóptero conociendo las condiciones meteorológicas y en una zona montañosa? ¿Trataba la tripulación de evitar posibles ataques con misiles? ¿Cuál era la misión que desempeñaban los militares españoles ese día?

Además, una de las incógnitas fundamentales tiene que ver con el aterrizaje forzoso del segundo helicóptero de la misión. Nadie ha explicado de forma convincente por qué el piloto de esta nave decidió realizar un aterrizaje muy peligroso, si el primer Cougar no había sido abatido. Los militares del segundo aparato -que resultaron ilesos- son los únicos testigos de la tragedia, pero las autoridades de Defensa les han prohibido hacer declaraciones a los medios. En los testimonios que prestaron para el informe oficial, algunos de ellos aseguran que las condiciones meteorológicas no eran tan adversas como señalaba Defensa, que su vuelo era «de combate» y que oyeron «disparos» desde la zona donde se había estrellado el helicóptero. La orden de silencio es tan estricta que, según publicamos hoy, Defensa ha abierto expediente disciplinario contra un brigada del Ejército por haber denunciado el intento de «acallar a los soldados» tras el siniestro.

Es inevitable relacionar el oscurantismo sobre el accidente con las características de la propia misión del contingente español en Afganistán. El presidente del Gobierno sostiene que la labor de nuestras tropas es «humanitaria» y de «reconstrucción». Aunque la realidad es que la misión se parece mucho a las que desempeñan los aliados en Irak y por tanto están sujetas a peligros reales y evidentes. De hecho, el contingente español ha sufrido varios ataques en los últimos meses.

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